EL KARMA Y LOS NEGOCIOS

EL KARMA Y LOS NEGOCIOS

Escuchar al karma para encontrar el dharma es una tarea llena de recompensas personales y profesionales. Alinear un esfuerzo comercial a una función que aporta bienestar individual y colectivo lo vuelve infinitamente más fuerte.


Para lograrlo debemos de comprender mejor estas palabras tan usadas que han perdido su significado real entre tantas interpretaciones mal orientadas.


Por esta razón abordo el tema en este artículo de la semana.


1.4 EL KARMA Y DHARMA DE LOS UPANISHADS

#ArtículoDeLaSemana

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Dimensión Espiritual(Deseos inconscientes que nos mueven a aportar un bien al Todo) *Sobre marketing, filosofía y física cuántica.


¿Por qué la empatía es tan indispensable? Recordemos que la vida como la conocemos integra seres complejos formados por distintas partes que solo han logrado resistir y prevalecer gracias a la cooperación altruista de cada una de estas partes. Entre ellas: átomos, moléculas, genes, células y órganos que se organizan entre sí para formar seres vivientes. Y también, esos mismos seres vivientes se organizan en colonias y ecosistemas simbióticos que benefician a todos sus integrantes.


La vida no sería posible sin cooperación en equipo.


Y encima de todo, si consideramos la dimensión tiempo, también el pasado aporta al presente y el presente al futuro. Todo esta conectado y cada una de sus partes tiene una función que ha sido muy importante para lograr la vida como la conocemos.


Precisamente esa función importante es lo que los Upanishads llaman dharma. En términos más occidentales: vocación.


¿Tú sabes cuál es tu propósito?


En este y siguientes artículos, las ideas de los Upanishads son clave. Estos textos antigüos hinduistas que se escribieron hace más de dos mil años, son una de las fuentes de sabiduría más impresionantes que la humanidad tiene al día de hoy.


Entre estos textos, uno de los más influyentes es el Bhagavad Gita, el cual ha inspirado a grandes pensadores de la historia moderna como Albert Einstein, Mahatma Gandhi, Aldous Huxley y muchos más.


Así explica Eknath Easwaran el dharma y el karma en su introducción sobre el Bhagavad Gita*:
“El karma es a veces considerado punitivo, una cuestión de recibir el propio justo merecido. Esto es suficientemente preciso, pero es mucho más iluminador considerar el karma como una fuerza educativa cuyo propósito es enseñar al individuo a actuar en armonía con el dharma – no para perseguir intereses egoístas a costa de otros, pero para contribuir a la vida y considerar el bien del todo.” – Eknath Easwaran


Y así encontramos al mismo Krishna comentar en este legendario texto:


“Cuando dharma declina y el propósito de la vida es olvidado, yo mismo me manifiesto en la Tierra. Yo he nacido en cada era para proteger el bien, destruir el mal, y reestablecer el dharma.” – Krishna


El dharma entonces es la función específica de cada elemento de la existencia: el propósito de cada una de sus partes. Y el karma nos lo enseña por medio de causa-efecto.


Una idea increíblemente compleja y a su vez muy simple: todo tiene una función particular que aporta al bien del Todo; cuando cumplimos esta función entonces recibimos consecuencias positivas y cuando no la cumplimos nos encontramos con consecuencias negativas.


¿Entonces cómo podemos encontrar nuestra propia función, nuestro propósito? Poniendo mucha atención al karma.
Revisemos una analogía abstracta para entender mejor estos conceptos. ¿Cuál es el propósito de un avión? Volar. Su dharma entonces sería volar. Para diseñar un avión tendríamos que identificar lo que es bueno y lo que es malo para cumplir ese objetivo. Necesitaríamos primero información inteligente y después poner manos a la obra para ajustar con prueba y error. Cada vez que exista un fallo en el diseño de alguno de sus elementos (motor, alas, dinámica, etc.), entonces el avión experimentará efectos negativos: no despegar, caer, explotar etc. La misma causa y efecto nos estará diciendo qué es lo que debemos ajustar para cumplir su propósito. Después de varios ajustes tendremos un artefacto capaz de cruzar los aires, todos sus elementos funcionarán en armonía y las consecuencias serán positivas. Siempre y cuando, prestemos mucha atención a las causas y efectos.


Precisamente lo mismo pasa con nosotros, los seres humanos. Cada vez que tomamos decisiones que no están alineadas a nuestra función individual y colectiva diseñada para resistir y prevalecer en conjunto, entonces recibiremos consecuencias negativas. ¿Cuales son estas consecuencias negativas? Desde algo tan simple como un sentimiento negativo, hasta algo tan relevante como la muerte o la extinción masiva. Y por el contrario, cada vez que nos alineamos a nuestro dharma (propósito) entonces recibiremos recompensas. Desde un sentimiento positivo, hasta a nivel histórico y colectivo, la existencia y supervivencia de una especie como el Homo sapiens.


No es fácil, requiere de talento reflexivo y creativo, pero cada uno de nosotros somos capaces de identificar nuestro propósito o dharma a nivel individual, social, histórico y cósmico. Solo debemos escuchar con mucha atención los murmullos del karma.


¿Y tú ya sabes cuál es tu propósito?

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