21 Jun TODOS BUSCAMOS PERTENECER
El deseo de pertenencia nos mueve constantemente. Si tu producto o servicio representa la posibilidad de pertenecer a un grupo especial, entonces eso es algo que debes enfatizar.
Les comparto más información sobre el tema en el artículo de la semana.
DESEO DE PERTENENCIA
Segunda Fuerza: Deseos Instintivos
(Deseos inconscientes que nos mueven por supervivencia y reproducción)*Sobre Genética y autocontrol.
2.6 Los 12 Detonadores Instintivos del ©Círculo del Ser y la Genética moderna
Dentro de la Dimensión Instintiva de ©El Círculo del Ser propongo un listado de 12 detonadores que corresponden a necesidades o deseos instintivos que crean una tendencia de comportamiento.
2. Deseo de PertenenciaPertenecer parece movernos de una forma muy especial. El trabajo en equipo solo se logra con este impulso. Aunque también lleva su precio: la presión social y no sentirse aceptado puede ser devastador para un individuo.Así como los pingüinos que en automático y sin racionalizarlo buscan vivir en grandes grupos por supervivencia, también los seres humanos estamos programados para ello.
Referencia Genética:
Una de las herramientas que nos ha permitido organizarnos en grupo a los seres humanos es el lenguaje. Hasta ahora hemos identificado dos condiciones genéticas que afectan esta capacidad fuertemente y que por lo tanto nos demuestran que el lenguaje es instintivo y oriundo de nuestros genes.El primero es el síndrome de Williams, que a pesar de impactar en negativo sobre el coeficiente intelectual e incluso considerarse una forma de retraso mental, crea individuos hipersociales, hipermusicales y con “súper-habilidades” lingüísticas.
Sobre esto comenta Ridley:
“…síndrome de Williams. Causado por un cambio en un gen en el cromosoma II, en el que los niños afectados se encuentran muy bajos en inteligencia general, pero tienen una rica, vívida y locuaz adicción a usar el lenguaje. Ellos hablan y hablan, usan palabras largas, oraciones largas y sintaxis elaborada. Si se les pregunta que refieran un animal, es probable que elijan algo bizarro como un “aardvark” en lugar de un perro o gato.”
Y así lo comenta el famoso escritor y neurólogo clínico Oliver Sacks:
“En 1995 visité en Lenox, Massachusetts, un campamento de verano muy especial con la intención de pasar unos días con un singular grupo de personas, todas ellas afectadas por un trastorno congénito denominado síndrome de Williams… A pesar de su individualidad, parecían miembros de una sola tribu que se distinguía por su extraordinaria locuacidad, efervescencia, afición a contar historias, empatía, ausencia de temor a los desconocidos, y, por encima de todo, amor a la música.”
Por otro lado, la segunda condición genética produce todo lo contrario, mitiga la capacidad lingüística. Afecta muchos aspectos del lenguaje como la habilidad de articular palabras. Se llama SLI o “deterioro específico del lenguaje”. Su heredabilidad es cercana al 100% y proviene del cromosoma 7.Sorprendentemente, lo que esto significa es que nuestra capacidad social y de comunicación parece ser originalmente genética.
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