16 Nov SI QUIERES VENDER, OLVÍDATE DE TU EGO.
Les comparto un poco más sobre la raíz psicológica, histórica y social de esta guerra de egos en el artículo de la semana.
EL HUMANISMO LIBERAL
#ArtículoDeLaSemana ©Psico-Marketing – Inspira y Vencerás
El hombre siempre ha buscado respuestas sobre la realidad en la que vive y sobre cómo llegar a ese misterioso estado que llamamos “felicidad”. En las primeras civilizaciones la fuente de información más importante eran los astros, ¿y cómo no serlo? Ellos podían decirnos qué dirección seguir, cuándo dormir, cuándo despertar, cuándo cosechar y mucho más. El máximo símbolo de autoridad era la astrología y sus intérpretes.
Alrededor del 2150 a.C. el gobernante sumerio Gudea de Lagash planeó los tiempos de la construcción de sus templos con base en ciertas constelaciones. Así, en culturas antigüas como Egipto, Persia, Mesopotamia y muchas más, todo tipo de decisiones importantes y efímeras se tomaban en relación con los astros.
El tiempo siguió su curso y la idea de un ser o seres “todo poderosos” que controlaban el Mundo comenzó a ser más poderosa que los astros. El héroe de las historias mejor estructuradas y mejor alineadas a la psique colectiva adquirió una naturaleza divina. Fue entonces que las sociedades teocráticas, sus religiones y sus textos sustituyeron al universo visible como fuente de autoridad y conocimiento. Por poner un ejemplo, en el año 380 d.C. bajo el mando del emperador Theodosius I, el Edicto de Thessaloniki formalizó al Imperio Romano como oficialmente cristiano.
Llegó después la Revolución Científica, y con ella, el nuevo orden de fe, la fe en el pensamiento lógico, nuestra esperanza de acercarnos a la “verdad” se depositó en una combinación entre la experiencia empírica y modelos racionales matemáticos. En el año 1543 d.C. Nicolaus Copernicus con su libro De revolutionibus orbium coelestium situaba al Sol como el centro del universo y ya no a la Tierra. La ciencia habría destronado al mismo Dios.
Pero ahí no acaba el cuento, un nuevo paradigma social se veía en el horizonte, una idea romántica y muy conveniente se apoderaría del ser individual desde la raíz y daría pie a un orden mundial que se mueve con el hombre y sus experiencias como el centro del universo: el Humanismo Liberal. Ni las ideas de divinidades ni sus textos debían tener tanta autoridad ya que el mismo ser humano las habría inventado; y por lo tanto, la mente humana obtendría el máximo valor sobre todas las cosas. De pronto la fórmula para obtener respuestas y acercarse a la verdad y a la “felicidad” parecía ser una combinación entre experiencias y sensaciones. Después de todo, nuestra mente humana parece ser lo más poderoso que conocemos, ¿por qué no hacerle caso? Además, todo a nuestro alrededor parece reforzar esta idea: tú eres lo más importante y por lo tanto el centro del universo.
¿Será que cada ser humano puede ser el centro del universo? Las empresas te dicen “el cliente (o sea tú) siempre tiene la razón” porque saben que les ayudará a vender más. Los políticos te dicen “tú eres lo más importante” porque quieren tu voto. Tus padres te dicen “tú eres lo más importante en el Mundo” porque te quieren sobre todas las cosas.
Sin embargo, ¿qué pasará cuando las empresas o los políticos ya no nos necesiten? ¿Será que seguiremos “siendo” el centro del universo? ¿Será además sustentable para todos que sigamos destruyendo al Planeta, sus recursos, y a todos los seres vivientes por creernos lo más importante? ¿Es lógico pensar que existen más de 7 mil millones de “centros del universo”, o sea de humanos?
Las consecuencias del egoísmo, hedonismo y materialismo radical de la sociedad contemporánea nos están respondiendo esta pregunta, y la respuesta es muy clara: solo se trata de una ilusión que atiende a conveniencias inmediatas externas. La realidad es que todo está conectado y somos parte de un “Todo” igual o más importante que el ser humano, ya que sin él, el hombre tampoco existiría.
Aquí es donde se vuelve muy interesante la corriente llamada Dataísmo. Propone que los entes que sean capaces de almacenar más información y procesarla serán los que tendrán las respuestas que nos permitan acercarnos más a la “verdad”. Y resulta que estos entes ya no son solo los seres humanos, ahora los algoritmos y avances tecnológicos han superado nuestra capacidad de almacenamiento y procesamiento de información, por mucho. ¿Será que las máquinas y los algoritmos se convertirán en el nuevo centro del universo? Lo sabremos probablemente muy pronto.
Pero por ahora, con respecto al ©Psico-Marketing, es indispensable comprender que en los países capitalistas laicos modernos el paradigma predominante es el Humanismo Liberal. Todos nos consideramos “lo más importante”. Entender esto es fundamental. Te dará la clave para caer en cuenta de que conectar con el ser humano contemporáneo promedio requiere de tratarlo como si el mundo realmente girara alrededor de él; eso es lo que cree y eso es lo que espera. El ex-presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, lo identificó muy bien en su primera campaña presidencial cuando hizo popular el ahora famoso “yes we can” o “it ́s about you” en su contienda demócrata interna del 2007. Ya no se trataba del político todopoderoso como lo más importante sino del ciudadano promedio como ser individual. Y vaya que tuvo buenos resultados.
Entonces, concluyendo este capítulo, recuerda que para coincidir con alguien más (al menos al día de hoy) es imperativo desprenderte de tu propio ego: tú ya no eres el centro del universo, sino el potencial cliente, votante, empleado, amigo, conocido o persona con el que buscas conectar. También, este ejercicio dotará a cada individuo, a sus comunidades y a la humanidad entera de un despertar sin precedentes. En verdad creo que desprenderse del ego con una visión mucho más amplia y empatía real hacia todo lo que nos rodea, no solo es un arma para vender o comunicar, sino necesario para una verdadera evolución humana. ¿Será que eso nos abrirá las puertas para un nuevo y mucho más poderoso y compasivo paradigma social que nos permita interactuar íntimamente con la verdad y la “felicidad” en el futuro?
©Psico-Marketing Página 147
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