24 May LOS GENES SON LOS DUEÑOS DE TUS “ACCIONES”
Les comparto una poderosa analogía para entender mejor el proceso de toma de decisiones humano. Desde un punto de vista genético:
Los genes son los “dueños” (los creadores de políticas); los cerebros son los “ejecutivos” (responsables de ejecutar las políticas); y los cuerpos son las “máquinas o fábricas”, lo que Richard Dawkins llama “las máquinas de supervivencia”.
Siempre recuerda, no vendemos productos ni servicios, sino soluciones a necesidades, en este caso necesidades instintivas inconscientes programadas genéticamente.
LAS MÁQUINAS DE SUPERVIVENCIA DE RICHARD DAWKINS
#ArtículoDeLaSemana
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Segunda Fuerza: Deseos Instintivos(Deseos inconscientes que nos mueven por supervivencia y reproducción)*Sobre Genética y autocontrol.
2.3 Las Máquinas de Supervivencia de Richard Dawkins
Ya que hemos establecido algunas bases sobre la genética, es el momento de revelar otra idea grande. Nuestros cuerpos son las “Máquinas de Supervivencia” de los genes.
“Lo que he dicho es que lo que hace a un gen bueno es la habilidad de construir “Máquinas de Supervivencia” eficientes —cuerpos.” -Richard Dawkins
Justo esta idea, acompañada por la noción de que en realidad cada gen lucha por la supervivencia del gen mismo y no de una especie, es lo que ha hecho a Richard Dawkins uno de los más famosos y relevantes pensadores en el mundo de la Genética.
Si estuviéramos hablando de una empresa de producción, los genes serían los dueños, los cerebros serían los ejecutivos y los cuerpos serían las fábricas.
“Cuerpos bien integrados existen porque son el producto de un set evolucionista estable de genes egoístas.” -Richard Dawkins
¿Entonces somos esclavos de nuestros genes? Hasta cierto punto sí. No son dueños de todo nuestro Ser, pero sí de una muy buena parte de la “compañía”. Recordemos que ellos deciden cómo se ve y se conforma cada milímetro de nuestro cuerpo y también nos dotan de tendencias de comportamiento muy poderosas que solo con inteligencia y autocontrol somos capaces de mitigar.
Para complementar esta metáfora y reforzar el objetivo de estos artículos digamos que los accionistas mayoritarios de nuestro Ser y que influyen en nuestras decisiones son:
1) Partículas subatómicas conectadas en un Todo – Dimensión Espiritual
2) Genes – Dimensión Instintiva
3) Emociones y pensamientos homeostáticos (sentimientos) – Dimensión Emocional
4) Pensamientos lógicos, arte, lenguaje y cultura – Dimensión Racional Con base en nuestro comportamiento histórico como humanidad parecen tener ese orden de jerarquía.
Todos ellos muy influyentes. A veces se contradicen y debemos decidir por hacer caso a solo uno, otras veces todos están de acuerdo y la probabilidad de que tomemos esa decisión es altísima. Todos nos logran mover implantándonos deseos; mismos que producen miedo y sentimientos negativos frente a la posibilidad de no cumplirse. O bien producen sentimientos positivos al cumplirlos. Y así vamos tomando decisiones en nuestro día a día, a veces conscientes de las fuerzas que nos guían, pero muchas otras veces totalmente inconscientes de ellas. Eso sí, todas con un aparente objetivo en común: resistir y prevalecer.
Con esto no me gustaría sugerir una visión determinista de la existencia. Si bien el Demonio de Laplace es siempre una posibilidad —un escenario donde todo está escrito— de igual forma es cierto que el escenario contrario donde podemos dar forma a nuestra ventura también es posible. A decir verdad no sabemos con certeza cuál de ambas posibilidades prevalezca, pero es por esta razón que tenemos espacio para creer con toda validez que nuestras decisiones finalmente sí definirán el rumbo hacia un destino asombroso. Y todo parece indicar que ese camino requiere mucha información inteligente, creatividad, autocontrol y empatía.
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