06 Abr INSPIRA, LUEGO VENDE.
La vida es dura, y todos buscamos una chispa de inspiración constantemente que nos demuestre que todo ha valido la pena.
Inspirar es la “moneda” más valiosa que conoce el Homo sapiens. El ser humano ha logrado moverse en masas gracias a que ha logrado inspirar en masa. Esa, precisamente es la gran diferencia entre el Homo sapiens y otros animales, e incluso con las diferentes especies del género “Homo” como el Homo neandertal, Homo erectus, Homo floresiensis etc.
Personalmente me provoca un gran asombro la “inteligencia” y capacidad perceptiva de los animales. Algunos de ellos logran “comprender” la empatía y la interconectividad del todo mucho mejor que los seres humanos. También, muchos de ellos son más fuertes físicamente. Incluso muchas especies logran organizarse en grupos masivos. ¿Pero entonces qué nos hace la especie más poderosa del Planeta? El Homo neandertal tenía también capacidad racional (IQ), era más fuerte físicamente, tenía herramientas y armas y se lograba organizar en grupos (aunque no mayores de unas cuantas docenas). Pero por otro lado, el Homo sapiens fue capaz de mover masas con un líder en común; uno de ellos imaginó una idea inspiradora con la promesa de (por ejemplo) más y mejores fuentes de alimento, con la que conectó en miles, y así entonces llevaron al Homo neandertal a su extinción. Así comenzaron las civilizaciones humanas.
Ese es el poder de inspirar.
Al día de hoy los grandes movimientos siempre tienen una idea inspiradora rectora. No podemos mover masas sin tocar las fibras emocionales y/o espirituales más profundas. Entonces, ya sea en marketing o liderazgo, la “fuente de energía” más poderosa es una idea que inspira.
Probablemente, una metáfora muy atinada sería decir que una bandera que inspira detrás de cualquier proyecto humano es como agregar turbosina a su sistema de combustión interno. En marketing, tratar de vender un producto “porque es mejor”, por sus beneficios funcionales o por su precio es como usar carbón. Tratar de vender por lo que te hará sentir y las necesidades emocionales y/o espirituales que te va a solucionar es como usar turbosina.
De la misma forma, en liderazgo tenemos el buscar productividad y afiliación con incentivos económicos (carbón), o bien con un ecosistema inteligente que busca que el equipo se sienta feliz y orgulloso de sí mismo y el lugar en el que trabaja (turbosina).
Pero yo no lo dejaría ahí. Inspirar no es como usar turbosina, es como llevar a tu nave intergaláctica cerca de un hoyo negro con el fin de acelerarla a la velocidad de la luz, la máxima velocidad posible en física. Inspirar es tan poderoso a nivel individual y colectivo que, tal como este ejemplo einsteiniano, tiene un potencial infinito que nuestra mente aún no puede comenzar a comprender.
¿Y tu que tipo de fuente de energía utilizas?
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